Se buscan la solución proponiendo todas las ideas posibles, mediante una amplia lluvia de ideas que culmina escogiendo las particularmente buenas. Esta fase es quizás la más importante dentro del proceso. Generar ideas sobre cómo se podrían resolver los problemas que se están identificando en la creación de los personajes. Aquí es donde viene a ser útil la técnica de “brainstorming” .
Se genera un prototipo o varios de las ideas que fueron seleccionadas en la fase anterior. Es visualizar una idea de forma abstracta (se representa en un concepto) o concreta (se construye un modelo).
No se trata de ver si funciona, sino de cómo el cliente (usuario)
percibe la idea, es obtener una sencilla retroalimentación. Esto se puede realizar con grupos de prueba. Fracasar también forma parte de la prueba; sin embargo, el design thinking por su metodología permite localizar la falla o el error con bastante rapidez. Vivir con el usuario, hace que el propósito sea realmente probado. Se debe evitar dar explicaciones sobre el prototipo en esta fase, ejemplo:
“Si un envase lo abren al revés, es probable que el diseño deba mejorarse para que tan pronto el cliente lo vea ubique su modo de abrirlo”.
También caben las pruebas digitales.
Luego de obtener todos los comentarios en esta fase de prueba se debe organizar en tres categorías:
Una vez que se haya completado este paso, entonces se trata de mejorarlos y de ser necesario se inicia el ciclo nuevamente desde la empatía.
Es cuando la idea se convierte en algo que puede ser realmente implementado, algo tangible.
Debido a que la mayor parte de las innovaciones tienen que ver con el cambio, es aquí donde entra en juego el cambio de paradigmas y se pone en marcha un proceso de gestión del cambio.
Al mostrar este proceso de forma circular es para crear la idea propia de lo que esta herramienta es. Siempre se puede volver a inicial el proceso, sin mayores complicaciones.