Iniciemos reconociendo como está conformado nuestro cerebro y su importancia en el manejo de todas las actividades mentales, emocionales e instintivas que nos caracterizan como seres humanos.
Si comparamos nuestro cerebro con una computadora podríamos decir que a nivel estructural sería el hardware, el cableado, las neuronas y el software todas las creencias.
Sistema nervioso humano se divide en tres partes:
Producto de muchas investigaciones e hipótesis comprobadas, en 1982, la organización mundial de la Salud (OMS) definió la neuroplasticidad como: “La capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse anatómica y funcionalmente, después de estar sujetas a influencias patológicas, ambientales o del desarrollo, incluyendo traumatismos y enfermedades”.
Hablar de neuroplasticidad supone entender claramente el proceso intrínseco del cerebro que se desarrolla debido a:
Gracias a la neuroplasticidad, el cerebro cambia su estructura a partir de las nuevas experiencias.
En esto el aprendizaje y la práctica juegan un papel fundamental. Este proceso es similar a los trechos o caminitos que se forman en un bosque producto del paso frecuente de las personas.
Se encarga de garantizar nuestra supervivencia: comida, sexo, pelea, huida, temperatura (frío-calor), respiración, la presión sanguínea. Es automático, inconsciente, involuntario e instintivo.
Centro de respuestas afectivas y emocionales como son el temor o la agresión. Se procesan las distintas respuestas afectivas y donde se registran penurias, angustias o alegrías. Centro de control de las emociones.
La mayor parte de nuestro pensamiento, proyecciones, el lenguaje, la imaginación, la creatividad y la capacidad de abstracción, dependen de esta región. Determina la pertinencia de nuestras emociones y la adecuación de nuestros instintos.
Los 3 son igualmente indispensables para la sobrevivencia de la humanidad, para relacionarnos con otros, vivir en sociedad y para poder ser efectivos en nuestras vidas personales y profesionales. La clave está en saber regularlos según el contexto y las circunstancias en que nos encontremos. Veamos la siguiente comparación: